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Creemos el hombre nuevo |
Pertenezco a una generación que creía que podía cambiar el mundo, a veces pensaba en ello cuando contemplaba las revueltas árabes. Fue la transición una etapa en la que llegué a creer que cantando se podía transformar al hombre:
Creemos el hombre nuevo,
el hombre nuevo de España, cantando,
el hombre nuevo del mundo, cantando,..
cantaba
Ismael la poesía de Alberti, y Agua Viva, y yo les creía; encima
Víctor Jara era un mito, un personaje que cantaba canciones maravillosas y al que habían cortado las manos por defender la libertad, ...
La verdad es que todavía lo creo.
Poco a poco íbamos viendo situaciones que, cuando menos, eran poco éticas y un poco más tarde ya no quedaba otra que ver la realidad.
A mi me dolió mucho,me negaba a crecer asumiendo la hipocresía humana, la acomodación del hombre y su sumisión al poder para tener un plato de ... lentejas. Tampoco sabía distinguir en muchas circunstancias, constantemente me tenía que oir los consabidos " tu es que no sabes", o " es que ...eres tonta". Ahora cuando veo la serie Big Bang Theory me hace gracia: tomarse las cosas al pie de la letra; ser incapaz de disimular; en unos aspectos verlo todo con gran lucidez y en cambio ignorar otros evidentes, ... Primar la decencia, la utilidad de tu trabajo, la honestidad del ser humano.
Cuando escucho a los psicólogos hablar sobre el acoso escolar, sobre la violencia de género, sobre el bullying, dicen que hay una tercera parte implicada: los que consienten, los que ven y no actúan.
La edad te va abriendo los ojos y al mismo tiempo te hace más tolerante, más reflexiva. No obstante ahora llega lo inevitable, esos polvos traen estos lodos. Por una parte está bien, me alegro, hay que limpiar, sanear. Como decía
Labordeta:
Regresaré
a la casa,
la casa de mi padre,
abriré la ventana
y que
la limpie el aire.
Que limpie la esperanza,
que arrastre
los recuerdos
y arranque de los muros
los retratos ya
viejos.
Que azote las arañas,
las ratas campesinas
que
invaden los rincones,
donde murió la vida.
Regresaré a
la casa,
la casa de mi padre,
abriré la ventana
y que
la limpie el aire.
Renovaré los suelos,
el techo, los tejados
y
el muro que soporta
los cierzos más airados.
Blanquearé
el silencio,
el patio, la cadiera
y el rincón donde niños
crecimos hacia fuera.
Regresaré a la casa,
la casa de mi padre,
abriré la ventana
y que
la limpie el aire.
Y
cuando respirables
resulten las alcobas
traeré a mis
compañeros
para iniciar la obra
de levantar un árbol
delante de la puerta
que dé cobijo al aire
y al hombre le
dé sombra.
Regresaré a la casa,
la casa de mi padre,
abriré la ventana
y que
la limpie el aire.