El sábado 16 de noviembre tengo la fortuna de actuar en un lugar mágico, la Ermita Virgen de la Fuente, en Peñarroya de Tastavins (Teruel).
La actuación está enmarcada por unas actividades en torno a la vida en un campamento medieval que prometen ser muy interesantes.
Carmen Orte Yo me enamoré de un aire
La voz como memoria de un pueblo.
Recital de canciones que enlazan la música y la poesía desde el s. XV a nuestros días.
Con instrumentos como zanfona, guitarra, rabel, almirez o zambomba.
Ermita Virgen de la Fuente en Peñarroya de Tastavins (Teruel)
Son las canciones de mi adolescencia, Te recuerdo Amanda, la calle mojada,..; Levántate y mira la montaña, Victor Jara, Violeta Parra, Jorge Cafrune, Mercedes Sosa cantando: Gracias a la vida...
Porque no engraso los ejes
me llaman abandonao.
Si a mi me gusta que suenen
¿pa qué los quiero engrasaos?
No necesito silencio,
ya no tengo en que pensar.
Tenía, pero hace tiempo,
ahora ya no pienso más. Atahualpa Yupanqui Y Chabuca Granda: ...airosa caminaba la Flor de la canela...; y Mª Dolores Pradera y sus gemelos: ...tu saludas tocando el ala de tu sombrero...; y Chavela Vargas con su Macorina. Y el río: Tu que puedes, vuélvete, me dijo el río llorando, los cerros que tanto quieres allí te están esperando.
¡Ay, de mi llorona!Puedes escuchar "Te doy una canción" de Silvio Rodríguez:
No recuerdo cuándo aprendí estos versos de Baltasar del Alcázar pero siempre me han hecho gracia porque a mí las berenjenas eran de las hortalizas que menos me gustaban. Excepto las que aliñan por la zona de Almagro, encurtido delicioso donde los haya, yo prefería los calabacines, los pimientos (uuummhh), los guisantes, los tomates, los pepinos, y un largo etcétera; si nos metemos con los tubérculos: zanahorias, rabanetas, nabos,... ; o con las verduras: acelgas, borrajas (exquisitas y propias de mi tierra de nacimiento), lechugas, escarolas, coles, coliflores, .... Hasta que descubrí las berenjenas rellenas de carne y gratinadas al horno: bocatti di cardinali.
Y hete aquí que estudiando canciones sefardíes descubro una preciosa que habla de los siete modos de guisar la berenjena:
Siete
modos de guisados se guisá la merenjena la primera de la guisá
es la vava de Elena ya la hace bocaditos y la mete´n una
cena esta comida la llaman comida de merenjena
A mi tio,
Cerasi que le agrada beber vino: con el vino, vino, vino mucho
y bien a él vino
La segunda que la guisa es la mujer del
Shamas la cavaca por arientro y la hinchi d´aromat esta
comida la llaman la comida la dolmá
La tracerá que la
guisa es mi prima Ester de Chiote: la cavaca por arientro y
la hinchi dárroz moti esta comida la llaman la comida la
alomondrote.
La alburnia es saborida en color y en
golor ven haremos una cena mos gozaremos los dos antes que
venga el gosano y le quite la sabor
En las mesas de la
fiestas siempre brilla el jandrajo ya l´hacemos pastelicos,
ellos brillan en los platos asperando a ser servidos con
los güevos jaminados.
La salata maljasina es pastosa y
saborida, mi vecina la prepara con mucho aceite de oliva,
estos platos acompañan a los rostros de gallinas.
La
setena que la guise es mejor y más janina la prepara Filisti,
la hijà de la vècina ya la mete en el forno de cabeza à
la cocina con aceite y con pimienta ya la llama: una meyína. Tres cosas me tienen preso
de amores el corazón, la bella Inés, el jamón y berenjenas con queso
La zanfona y Carmen Orte en Recitaaciegas. Foto Isabel Sánchez Fernández
Hace dos años estuve en Salamanca, tocando la zanfona y cantando en la Plaza Mayor y en los aledaños de la catedral. Participaba en Recitaaciegas, un evento que reunía a músicos, actores y estudiosos en torno a los ciegos y los romances. E inevitáblemente mi cabeza se llenó de Fray Luis de Leon y de Francisco Salinas.
Fray Luis y su maravilloso poema Oda a Francisco Salinas:
El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música estremada,
por vuestra sabia mano gobernada. A cuyo son divino
el alma, que en olvido está sumida,
torna a cobrar el tino
y memoria perdida
de su origen primera esclarecida. Y como se conoce,
en suerte y pensamientos se mejora;
el oro desconoce,
que el vulgo vil adora,
la belleza caduca, engañadora. Traspasa el aire todo
hasta llegar a la más alta esfera,
y oye allí otro modo
de no perecedera
música, que es la fuente y la primera. Ve cómo el gran maestro,
aquesta inmensa cítara aplicado,
con movimiento diestro
produce el son sagrado,
con que este eterno templo es sustentado. Y como está compuesta
de números concordes, luego envía
consonante respuesta;
y entrambas a porfía
se mezcla una dulcísima armonía. Aquí la alma navega
por un mar de dulzura, y finalmente
en él ansí se anega
que ningún accidente
estraño y peregrino oye o siente. ¡Oh, desmayo dichoso!
¡Oh, muerte que das vida! ¡Oh, dulce olvido!
¡Durase en tu reposo,
sin ser restituido
jamás a aqueste bajo y vil sentido! A este bien os llamo,
gloria del apolíneo sacro coro,
amigos a quien amo
sobre todo tesoro;
que todo lo visible es triste lloro. ¡Oh, suene de contino,
Salinas, vuestro son en mis oídos,
por quien al bien divino
despiertan los sentidos
quedando a lo demás amortecidos!
En mi cabeza este poema conecta con el Cántico espiritual, en el que San Juan de la Cruz habla de " la música callada" y en Salamanca se dieron cita todos ellos, nos juntamos los cuatro en esa aula maravillosa donde daba clase Fray Luis, y en esa Plaza Mayor.
Allí tocamos y cantamos los copleros ciegos esa tarde y Salinas nos contemplaba. Me hubiera gustado conocerlo. Excepcional músico, ciego desde los 10 años, fue también un gran folklorista pues en su obra De musica libri septem puso como ejemplos musicales muchas cancioncillas y cantinelas de su época que nos han llegado gracias a ello conservadas como los insectos en el ámbar: perfectas, casi translúcidas, diciéndome "cántame, tócame, te deleitaré,...", manteniendo toda su frescura.
Y entre ellas la que más me extasía:
Aunque soy morenica y prieta a mí qué se me da que amor tengo que me servirá.
Y en agosto volví a cantar esta maravillosa canción mientras Luis Felipe recitaba los versos de Fray Luis en elXIV Festival de Poesía del Moncayo, en el Monasterio de Veruela. Maravilloso. El alma se serena.