jueves, 13 de octubre de 2011

La rueda de la Fortuna

Foto: Juan Carlos Vidarte 
No soy una experta en dioses, no sabría decir apenas sobre mitología, pero te aseguro que la rueda de la Fortuna me lleva zarandeando toda mi vida. Me propongo algo y llega ella y me cambia el rumbo. No puedo ni protestar porque el nuevo cariz que toman las cosas me apasiona.
Llegan otros tiempos e intento retomar el sentido práctico, el académico, el habitual, y cuando parece que lo estoy consiguiendo de nuevo gira y me lo desbarata.  Adivina mis deseos más ocultos, esos que ni yo quiero reconocerme a mi misma.
Por eso ya no la tomo muy en serio, sé que me quiere y me trata bien y me esfuerzo por estar a su altura. Me pregunto a veces: ¿qué querrá?, volverme loca no, en absoluto, es muy seria, es una fuerza que mueve el mundo. Así que la dejo hacer y me instalo en su rueda, me acuerdo de la canción "... si naciste pa martillo del cielo te caen los clavos..." y me intento relajar aunque a veces la posición sea incómoda. Recuerdo a esas personas que he visto alguna vez en la televisión que se pegan horas, días, sobre una cama de clavos, respiro con la barrigota, como le digo a mi niña, y ...consigo relajarme. Al fin y al cabo sigo el hilo, me mantengo a flote, para mí, para otros estaría... ¿loca?, ¿en la luna?, ¿sería una pobrecita?...
En mi ayuda llega siempre Leon Felipe diciendo:

Bacía, yelmo, halo,
este es el orden, Sancho.

Y me relajo, esas palabras sosiegan mi corazón como un bálsamo. Aunque el sentido ¿común? diga una cosa, yo sé que la razón está conmigo y puedo disfrutar y ser feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario